Cuando hice la reseña del CD Niño de Javier Malosetti, en En Clave de Jazz, comenté a propósito de oírlo que, "para quienes hemos escuchado el nombre de Javier, acompañando a diversos músicos e intérpretes (...) para quienes hemos escuchado el nombre y no tanto el sonido, la ductilidad y versatilidad musical (...) nos llama poderosamente la atención, apreciamos en este CD un viaje, hacia atrás como buscando reencontrarse con las motivaciones y principios para, volver a encarar el camino con ya otras perspectivas". No he tenido la oportunidad de conocer y escuchar los anteriores 5 discos -entre ellos Villa y Onix, premios Gardel como "Mejor álbum de jazz"- de Javier...Y, aquí mismo en el blog, comenté que era la primera vez que lo vería en vivo... De manera que me remito a lo conocido, leído y a lo sentido como apreciado en su show en vivo.
Bueno, tal vez yo sea uno de esos "esos pelados con pipa" -pelado (calvo) sí, con pipa, no- para los que el dice, no toca y, al escuchar el sonido y ver a Javier en escena admito que, no comprendo del todo y no me encaja -aun del todo- lo apreciado. Finalmente, es mi primera experiencia -además de escuchar el CD Niño- con su impronta. Y, seguramente sea yo el que esté equivocado, verdad?.
No me complica la expresión "jazz-chabón" especialmente si lo vemos desde el punto de vista del músico que pudiera ser la bizagra entre distintas épocas y su propuestas musicales en la región, de modo que los tradicionalistas se quedan sin entender y los del relevo lo vean como una "estrella" carismática a seguir. Lo visto y oído en la Zitarrosa -en forma independiente del uso excesivo de amperaje y decibeles- me mostró a un Malosetti que es un notable bajista, y no lo dudo, haciendo con su amigos las canciones con las que creció, las que siempre quiso tocar pero, excepto por momentos, y solo momentos -algunos con su invitado Ruben Rada- y de otros en los que el portentoso Oscar Giunta desde la batería, se echaba el espectáculo y el sonido al hombro, empujando al dúctil, consecuente pero, por ratos vacilante Hernán Jacinto -quien tiene mucho más que dar- dialogando y creando climas y matices para que Javier "jugara" o, dedicara instantes a la 3ª edad, sólo por momentos decía, Malosetti mostró al bajista, músico y compositor, lo que me da pie para afirmar, que sin duda es un gran bajista, especialmente, cuando no trata de mostrar que puede mover los dedos tan rápido como quiera con esas "rapideces" en frenéticas improvisaciones en las que insistía, más efectistas que eficaces. Pero, tal vez un poco menos de sus aires de pedantería y algo menos de engreimiento, como el creer que todo lo que hace, porque lo hace Malosetti es bueno, ayudaría. Mucha responsabilidad de esto, con todo puede no ser culpa directa de Javier -su talento es innegable- sino de aquellos que, como al "niño lindo" de la casa le celebran todas la gracias. Conocemos a más de uno de ellos y, más, no hacen falta. Todas la reseñas y críticas que he leído, se remiten a incluir su biografía, sus participaciones y a describir sin comprometerse, en torno a generalidades de su trabajo. Sun Ra, Joe Sawinul, Jaco Pastorius e incluso Espinetta (devenido en mito por los argentinos!) además de Rubén Rada -siempre efectivo- desde el escenario, se sumó a los super-héroes del niño Malosetti, que estuvieron presentes en la Zitarrosa. Volveré a escuchar su CD y buscaré más material de Javier ...para tratar de no terminar pensando que, como dije más arriba, seguramente, sea yo el que esté equivocado.
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