El potencial emocional de esos músicos les dotaba de una capacidad expresiva concreta, individual y casi única, que unida a la técnica y virtudes innatas de cada uno daba lugar a resultados musicales sorprendentes. Para entender un poquito el funcionamiento de dicho estilo, se podría definir como aquél en que el músico se mueve por encima de una melodía y armonía base, para así poder improvisar partiendo de ellas.
Generalmente la estructura de un tema Jazz es: introducción, melodía, improvisaciones, puente, melodía y final. Cómo ha evolucionado mucho y se ha fusionado con infinidad de estilos, esta estructura no siempre encajará; pero sí es un buen punto de partida. Como se aprecia, no todo es comprensible en la primera audición. Y es que nuestro oído y nuestro cerebro, educados y acostumbrados a melodías y estructuras simples, no conocen el circuito a través del cual tienen que procesar y entender esa información.
Es una cuestión de entrenamiento, de comunicación neuronal. Y también un problema cultural, pues la música que más rápido se vende es aquella que se entiende a la primera y, por lo tanto, es prácticamente e, infelizmente, la que oímos a todas horas.
Referencia:
elblogalternativo.com
2 comentarios:
Soy ferviente admiradora del gènero, pienso seguirte.
Saludos.
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