Hay diferentes maneras de disfrutar de las
cosas (arte) puedes sumergirte en su mística y profundizar en el puro placer
(que te acerca al uno) o puedes indagar en su complejidad y dar gusto a una
manera de entender el mundo más pragmática (que te acerca al individuo)...
Una copa de un buen vino la puedes disfrutar en
su profundidad con buena compañía de un amigo/a, en soledad disfrutando de un
buen paisaje o incluso rememorando un recuerdo o un buen pensamiento... también
puedes disfrutarla de la misma manera pero entrando en el análisis, es decir,
tratando de separar los diferentes sabores, aromas y texturas que en él hay...
es decir, como los buenos somelliers... "aroma de frambuesa, retrogusto de
avellanas silvestres, color rubí con reflejos de amatista" y no sé cuantas
cosas más se pueden llegar a contar acerca de un trago...
cuando escuchamos una música podemos hacerlo de
maneras similares, es decir, sumergirte en el
sonido y conectarte con lo más elevado o
profundo o darle vueltas a los mil y un sabores que alberga... así, en la que a
mí me sale seguramente puedes encontrar algún acorde de una sinfonía de
Tchaikovsky, algún metal de la banda de mi pueblo, un quejio del Tío Borrico o
una frase de Oliver Nelson o de Jimmy Hendrix...
No creo que la sencillez o pureza y la
complejidad estén reñidas, de hecho las dos son gozosas, yo personalmente me
quedo con la compleja sencillez del disfrute de los sentidos que sin duda es el
último fin de todo acto, aunque a veces el intelecto sienta la tentación de su
disección y quiera saber mas y mas de aquello que le hace disfrutar tanto...
Fuente: Jorge Pardo (Jorge Pardo es un
músico español de jazz, saxofonista tenor, soprano y flautista).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario