El ícono francés ...o como dicen en Europa, la mas inglesa de las ciudadanas francesas, la cantante y actriz
Jane Birkin, además de dedicarse a luchar por causas humanitarias, sigue cantando. Una voz frágil, menuda, siempre a punto de fragmentarse, permanece como su marca distintiva. Miraba a los ojos a los asistentes, sonreía …y el
Solís a pleno se rendía a su carisma. Ha expresado a la prensa: “No sé fingir muy bien. Sobre el escenario tienes que ser tú. No soy una gran intérprete. Lo mío es saber comunicar mensajes de otras personas”. Apareció en el escenario con aire desaliñado con un vestuario poco o, nada ostento, apenas si algo de rouge en los labios y ninguna alhaja, prenda o accesorio, como si quisiera separar o borrar de alguna forma, el estigma que la acompaña de sex symbol. En el propio comienzo cantó
“My Secret” y luego realizó su espectáculo en forma mas o menos similar a como lo ha venido haciendo, recorriendo la platea en el segundo tema para, en otros momentos ajustarse los lentes y papeles en mano retomar su activismo en pro de causas humanitarias, como incluso, y en honor a
Serge Gainsbourg, su hacedor, “saludar a todos los fantasmas que nos acompañan esta noche”. Mención aparte y muy distintiva para el trío de multi-instrumentistas que la acompañaron en esta ocasión:
Christophe Cravero en piano y violín,
Thomas Coeuriot en guitarra, teclado y arpa, y
Eric Lafont en bajo y batería.
Lo dijo hace 20 años, justo antes de cumplir los 40 (hoy suma 61). "Soy
Jane Birkin. De origen inglés. Mido 1,67. No tengo ningún talento especial... Pero pasa el tiempo y estoy aquí... Y me sigues mirando".
Del 1 al 10 …me inclino por un 8
No es la música, es un estilo de vida, una cultura, un momento de la historia. Curioso por decir lo menos, algo más que aprender para muchos de nosotros.
Foto: Especial / Andrés Cardinal
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