En 1972, estando en Europa, su vida se cruza con la
de Astor Piazzolla que se hallaba actuando con su Conjunto 9. Llamado éste
último por su agente, Aldo Pagani, le dijo que Bernardo Bertolucci andaba en
busca de un músico de tango no tradicional para escribir la música de su
próxima película, dado que el libreto se estructuraba en base a una relación
erótica alrededor de un tango. La película era nada menos que "El último
tango en París".
(Verdades soto voce). A partir de aquí, los hechos parecen entrar en un
terreno vidrioso. Se dice que Piazzolla aceptó, pero entre la premura en el
tiempo de entrega -Piazzolla estaba preparando los ensayos para su primera
presentación en el Teatro Colón de Buenos Aires-, o quizás por sus reconocidos
humos, o por la excesiva cifra que según su agente pidió, la cuestión fue que
grabó un demo que no fue del agrado de Bertolucci, por lo que el italiano se
inclinó por Barbieri, a quien conocía por haber trabajado antes con él cuando
interpretó dos canciones de Gino Paolo para su película "Prima Della
Revoluzione", con música de Enio Morricone. Si bien en ese momento
Barbieri era un músico casi desconocido en el ambiente del cine, era en cambio
muy reconocido por sus ideas de avanzada, que era lo que Bertolucci buscaba. El
demo de Piazzolla contenía los dos primeros temas que llegó a escribir para el
caso: Jeanne y Paul (nombre de los personajes del film) y El penúltimo, temas
que pulidos el maestro incorporó en 1976 a la banda sonora de la película
"Cadáveri eccelenti" de Francesco Rosi.
Luego del estreno de la película, Piazzolla alardeó
ante la prensa porteña que fue Bertolucci y no su agente quien lo había llamado
personalmente, y que él podía haber compuesto una música muy superior a la de
Barbieri, a la que calificó de ser un "trabajo de recopilación" que
le hizo acordar a Glenn Miller.
Este encuentro Piazzolla-Bertolucci-Barbieri es
totalmente ignorado en las biografías de Piazzolla escritas en la Argentina. Es
más, ni tan siquiera menciona la película o Bertolucci al referirse a los dos
temas que compuso.
(...) Si bien Barbieri, aún marcado por su
partitura para "El último tango en París" nunca fue considerado como
un músico de tango, en sus álbumes siempre coqueteo con la música porteña. Sus
grabaciones realizadas entre 1969 y 1975 le ofrecen al público un enfoque
distinto de las posibilidades del tango al ser mezclado con el jazz.
Fuente: tangoreporter.com / Carlos
G. Groppa
No hay comentarios.:
Publicar un comentario