Estos interrogantes han sido estudiados por distintos expertos y, cada uno de ellos da su versión.
Steven Pinker, psicólogo evolucionista canadiense, sostiene que la música es sólo un derivado del lenguaje, un postre auditivo al que apenas hay que darle importancia.
Según otros autores, la música es demasiado distinta del lenguaje como para ser explicada como una mera derivación evolutiva.
Steven Mithen, profesor de Arqueología de la Universidad de Reading (Inglaterra), experto en investigación sobre la evolución humana y arqueología cognitiva, sostiene otra postura distinta a la de Pinker.
Este académico no cree que el lenguaje pueda haber derivado de la música, pues esta hipótesis no permite explicar las propiedades únicas del lenguaje.
La alternativa de que la música y el lenguaje evolucionaron en paralelo como sistemas de comunicación completamente separados el uno del otro, tampoco resulta una idea convincente: la música y el lenguaje comparten demasiados rasgos. La posibilidad que Mithen admite como más probable, es que hubiera un precursor común de la música y el lenguaje, un sistema de comunicación que tuviera las mismas características que hoy comparten lenguaje y música, pero que, en determinado momento, se dividieran en dos sistemas distintos en la historia evolutiva.
Esta idea también la apoya el musicólogo perteneciente a la Universidad de Toronto (Canadá) Stephen Brown, quien ha denominado a este precursor hipotético como musilengua. Considera que la musilengua formó una especie de antiguo sistema de comunicación usado por los ancestros del ser humano. En determinado momento, la musilengua se dividió en dos sistemas separados y especializados. Uno se convirtió en la música y el otro, en el lenguaje. Si esta hipótesis se revelara como cierta, las implicaciones de esta evolución intelectual convergente, desde los campos de la musicología y la lingüística, serían muy trascendentes para la comprensión de de la vida y el pensamiento de los antecesores humanos.
Esta hipótesis coincidiría con las ideas expuestas por Jean-Jacques Rousseau en su Ensayo sobre el origen de las lenguas, donde reconstruía la primera lengua como una especie de canción.
La próxima vez que se escuche un tema favorito y se erice la piel, sería posible acordarse de las palabras de Mithen: Otro ser humano se está comunicando mediante una lengua que en el pasado formaba parte íntima del sistema de comunicación.
Un libro y un pentagrama, pues, serían en esencia lo mismo.
Fuente: radiocenter.com.ar
Foto: Venus a la corne
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