Dave Holland: Profundo y rítmico.

El reconocimiento que le da la comunidad musical como uno de los compositores y contrabajistas más completos de jazz contemporáneo, es sin duda totalmente merecido. Unido a una extraordinaria creatividad y capacidad rítmica, armónica e improvisativa (técnica), a su permanente sonrisa, a su "inglesa" corrección y presencia (profesionalismo) está su amplitud y comprensión musical del género, abarcativo y a la propia vez, libre e imaginativo con su sentido de equipo, de grupo ...el colectivo. De ahí que Holland sea explícitamente el sonido de sus compañeros, el quinteto. Y, sus compañeros individualmente representativos de estilos y formas, músicos de una capacidad exuberante, cómplices del resultado con su ingenio desbordante y que no disimulaban – ni podrían hacerlo – su satisfacción de compartir lo que allí se estaba produciendo. Holland, con apenas algunos cambios de posición de su cuerpo, guió desde su contrabajo, el accionar de sus colegas y juntos recorrieron parte de su más reciente repertorio. Es obvio que Holland es un músico con una marcada propensión hacia lo nuevo, lo moderno y, particularmente preclaro, estando siempre protagonizando la vanguardia del género, en las nuevas propuestas. Por esta razón, no es raro suponer que su sonido, ahora eminentemente europeo, esté marcando la tendencia actual. La mayoría de las composiciones que se escucharon, mostraban aires españoles, árabes cuando no, de músicas de ida y vuelta, mambo y rumba, con mucho colorido, matices que, incluso trascendían algunas composiciones que forman parte de los estándares del Jazz de todos los tiempos y que, en la interpretación de Dave Holland y sus muchachos, mostraron otras lecturas complementarias como gratas. En el marco del Jazz Tour y, para concluir el primer festival “Jazz & Músicas del mundo”, con broche dorado: la actuación de los “caballeros” del Dave Holland Quintet, Robin Eubanks, trombón; Steve Wilson, vibráfono; Chris Potter, saxo y Nate Smith, batería en el principal escenario de Uruguay, el Teatro Solís de Montevideo.
Del 1 al 10 ...un 10 y pico!

Foto: Andrés Cardinal / Especial