jueves, marzo 15, 2007

El síndrome de Unos Pocos.


A solas, con mis opiniones. No es algo que escape a la simple observación, sin apasionamientos, buscando respuestas, concluyendo. Son unos pocos los que nos mantienen en una permanente sensación de inseguridad, de zozobra. Unos pocos son los que nos dejan sin el auto (lo toman "prestado") los que nos mantienen tras la rejas mientras, ellos están libres. Esto es igual aplicable, infelizmente, en todos los ámbitos que nos rodean, por lo cual, la música y en particular el genero que usualmente nos ocupa, no escapa a esta aparente norma.
Son unos pocos los que, teniendo la responsabilidad de dar a conocer, de dar participación, de abrir las puertas, no lo hacen. Como bien expresa Jorge Fernández de Castro, el jazz, por su naturaleza, plantea un serio problema conocido por todos los involucrados en este arte sonoro: su difusión. El objetivo es poder lograr tener espacios en la radio o la prensa escrita para presentar estas obras, y que nosotros -comunicadores y gestores - seamos un enlace entre ellos y los demás medios de comunicación.
Creo, tengo la impresión de que el miedo a la creación contemporánea a veces está más en los programadores que en los espectadores u oyentes. Señalo la negativa influencia de aquellos medios de difusión, que machacan sobre la idea de que todo lo que se consume (masivo) es lo único que vale. Que, son unos pocos.
Son unos pocos pero, hacen que a sus oídos llegue la música mediocre o mala (que a no dudar la hay y existe) y se pierde aquella que tiene mayor valor artístico y, además, el público se acostumbra a medir la calidad según los temas que “más se oyen”. Son realmente unos pocos, aquellos que se abroquelan, o se encierran, en la errada suposición de que este jazz que hablamos, latino, sudamericano, brasileño, venezolano, mexicano, caribeño de nuevas tendencias, no moviliza audiencia, no genera interés, hay pocos "clientes".Yo creo que es muy importante aumentar esa clientela, fomentar esa sensibilidad que nos hace ser mejores, es un gran objetivo; está bien que nos guste ver a los artistas en festivales, en conciertos, pero a mi juicio la clave de la difusión es la cotidianeidad, el día a día.
Respaldo incondicionalmente la necesidad de abrir nuevos canales de difusión para el jazz y la musica alternativa. Insistir en el compromiso local y regional -no solo de los medios, obvio, sino con la integración plena del músico- para ir con fuerza hacia el invalorable intercambio y la necesaria integración. Porque debemos admitir que, hay todo un continente musical allá afuera, del cual formamos parte, y del que poco conocemos... Así que, si no podemos contra ellos, unámonos. Es decir, hagamos uso de ese mismo y eficiente sistema de ser "unos pocos".
Somos unos pocos. Los nuevos medios permiten que se pongan en contacto personas con intereses comunes pero alejadas entre sí. Las minorías sumadas acaban siendo mayorías. Todo ello favorece la diversidad a escala global, pero también local. El antropólogo social indio Arjun Appadurai lo llama la erupción de "los números pequeños". Es la fuerza de los pocos que, a menudo, aunque dispersos, logran ser muchos, o mucho.
La gran novedad de la nueva conectividad tiene una doble dimensión: cómo desconocidos se conectan en masa. Y cómo unos pocos también pueden hacerlo, formando unos muchos.

Ilustración: "Los músicos" de Fernando Botero

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