En el continente negro la música está íntimamente relacionada con los acontecimientos más cotidianos de la vida del africano y de la africana. Ligada al ámbito espiritual, religioso, ritual y mágico, por un lado. Por otro, música comprometida de denuncia que lucha contra la marginación, la miseria y la falta de libertad a la que se ven sometidos millones de africanos.La música forma parte inevitable del paisaje urbano. En cualquier ciudad africana, desde casi cualquier calle, la música está viva, emitiéndose desde un equipo estéreo de segunda mano en venta, los altavoces de un viejo coche o resonando en los tambores de un grupo de jóvenes. La música en África camina paralela a la vida, a la historia. La música moderna tiende la mano a la tradicional y ambas se fusionan dando frutos de belleza única.
Jazz. Los ritmos superpuestos de las danzas rituales de Africa occidental -que combinaban diversos instrumentos de percusión con palmas, gritos y pisotones- se fueron complicando tanto que resultaban indescifrables para los no iniciados. Según el escritor Marshall Stearns, no era rao que un conjunto de percusión combinara simultáneamente compases de 3/4, 6/8 y 4/4, una mezcla mucho más complicada que cualquiera de las existentes en la tradición clásica occidental. También la línea melódica es diferente. Cuando la escala africana de cinco notas (pentatónica) se topó con la escala europea de siete notas (diatónica), surgieron extraños intervalos en los lugares ocupados en Europa por las dos notas de más. El resultado fue una manera de tocar muy diferente de la basada en la escala europea "temperada", más "pura" e inflexible. La música religiosa, y en especial la relacionada con el culto a los antepasados, es una tradición común a muchos pueblos africanos, que se transmitió al Nuevo Mundo junto con las danzas en corro, donde los participantes entran en trance por medio de la danza y el ritmo.
Fuentes varias
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