domingo, junio 20, 2010

Diego “El Cigala”: Estilo o fórmula?

Entradas agotadas en el Auditorio Nacional, Adela Reta del Sodre, en Montevideo, el 22 de Abril próximo pasado, para presenciar a un artista esperado y, con la expectativa de mucha gente de todo tipo que, difícilmente se encontrarían juntas en otra situación.
Apenas comenzando, al escuchar “Garganta con arena” percibí una leve inquietud en la platea, a la cual tampoco era ajeno. Cuando encara “Las cuarenta”, empiezo a notar coincidencias, en las versiones, con otras ya escuchadas. Lo que por momentos parecía un ensayo general mejorado, fue tomando color y calor. Para cuando apareció Andrés Calamaro en escena (como invitado…especial) muchas cosas lograron su acomodo en mi cabeza. “Tinta roja”!...y, recordé, una “de tantas”, producciones del argentino. Es muy atrevido en ocasiones intentar hacer canciones que están instaladas en la memoria colectiva de la gente, y que resulten aprobadas, si no tienen un alto grado de “valor agregado” pues, no basta con hacer algo “diferente”. Así pasaron súper clásicos y emblemáticas melodías (de autores y cantantes) como “Los Hermanos”, “Alfonsina y el mar”, “El día que me quieras” entre otros que, fueron recibidos bien por la audiencia aunque, celebradas con reserva. La cosa cambió cuando recreó sus temas “éxitos”, donde logró por su carisma - con el impresionante accionar de todos sus músicos – el apoyo del público.
Jaime Calabuig, pianista cubano, me cautivó con su estilística de jazz, afro-latino y solvente como de buen gusto en solos magníficos, Sabú Porrina en percusión, discreto pero bien. Atento y seguro con excepcional rigor técnico y fina sensibilidad interpretativa, el también cubano, Yelsy Heredia (Café Quijano) contrabajista devenido en referencia para importantes solistas y agrupaciones llevó la batuta esta noche. Diego del Morao en guitarra, estuvo correctísimo en su aporte. Los invitados “sorpresa” fueron descollantes en su accionar, Juanjo Domínguez en guitarra y Néstor Marconi, en bandoneón dieron cátedra, de musicalidad y buen gusto, junto al impecable ensamble del trío de violín y chelo. Como hace unos años con Bebo Valdés y Javier Colina, baluartes musicales que lograron el fantástico respaldo armónico musical de la música cubana, unidas a las de ida y vuelta que, sin cambios de estilo, sirvieran como soporte al canto de El Cigala luego, del casi lógico pero nunca realizado “Lágrimas negras 2”, fueron don Guillermo Rubalcaba pianista de estirpe cubana si los hay, bolero, copla, flamenco y son en “Dos lágrimas” con Calabuig al piano, Heredia en contrabajo, Tata Güines y Changuito en percusión entre otros, los que aportaron el respaldo necesario para el cantaor español que, vuelve a lo que es su estilo “inicial” con “Picasso en mis ojos” donde, de los mencionados y, entre una lista de consagrados españoles, solo Del Morao, aparece en el staff.
Y es que mezclar y fusionar es lo natural, estas músicas y nuestras músicas son fusiones de otras fusiones. Pero, es preciso señalar y destacar que, igual como sucede con otros grandes artistas, e intérpretes, Diego “El Cigala”, le debe mucho – pero mucho – a personas que normalmente no se ven. Y, ellos son junto a sus músicos, los arreglistas y productores. Son los que hacen y logran, que cuando escuchamos a Diego “El Cigala”, todo suena como suenan las cosas bien hechas. El sonido de la Sala me pareció excepcional, al menos desde mi ubicación todo estaba en perfecto balance de volumen y ecualización, ni más…ni menos. Por el resultado de esta alquimia, de los 10 puntos acostumbrados, concedo “rabo y oreja”, los 10 puntos…y Olé! (JR)
Foto: Patricia Torres / Jazz Tour

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