La
sinestesia es la capacidad que tiene algunas personas de percibir con varios sentidos
un mismo estímulo. Por ejemplo, un sinestésico puede escuchar los colores,
degustar el tacto o ver los sonidos entre otros. Según Eduard Punset, esto se
produce los dos primeros años de vida cuando las neuronas empiezan a realizar
conexiones sinápticas mientras otras mueren Este proceso se conoce como
"poda". Un sinestésico ha realizado más conexiones neuronales que el
resto de las personas, o lo que es lo mismo, en este proceso inicial conocido
como "poda" han muerto menos neuronas o se ha producido un fallo en
este estadio de desarrollo neuronal. Otros creen que se debe a una mutación del
cromosoma X, lo que explicaría que hubiera más mujeres sinestésicas que
hombres. En cualquier caso, la sinestesia no es una enfermedad si no una
habilidad increíble que posee una de cada cien personas.
En el
mundo del arte han existido sinestésicos que han basado su obra en esta extraña
capacidad. Kandinsky, Baudelaire o Nabokov poseían esta habilidad pero nosotros
nos centraremos fundamentalmente en los tres compositores sinestésicos más
famosos: Scriabin, Rimsky-Korsakov y Messiaen.
Alexander Scriabin (1872-1915): Este compositor y pianista ruso
tenía la habilidad de ver los sonidos con diferentes colores. Pero no sonidos
aislados si no acordes y tonalidades. Esta capacidad lo influyó a la hora de
componer ya que su intención era que el oyente pudiera percibir sensaciones
equiparables a la suyas.
Nikolái Rimski-Kórsakov (1844-1908): Este compositor ruso, además de
poseer oído absoluto, poseía a una auténtica sinestesia de correspondencia
música-color. Era capaz de asociar a cada sonido o nota musical un color
determinado.
Oliver Messiaen (1908-1992): Compositor francés también con la
capacidad de ver los sonidos con diferentes colores e incluso el proceso contrario,
escuchar los colores.
Su obra
"Des Canyons aux Étoiles" es un claro ejemplo de la utilización de su
habilidad sinestésica para crear música. Esta pieza fue escrita tras contemplar
el paisaje del Bryce Canyon en Utah. Anotó los colores, las sensaciones que
experimentó en el lugar además del canto de los pájaros con el fin de crear una
obra que pudiera trasladar al espectador a ese mundo de emociones.
Tomado de: tono-menor.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario