miércoles, octubre 17, 2007

Jazzdanzoneteando con Aymes y Reyes

Roberto Aymes / Jaime Reyes
JazzSones & DanZonesJazz
Cat Records / México
2007

El Danzón, forma que normalmente conocemos más en México por su delicadeza y sensualidad al ser bailado nace en Cuba, derivado de la Contradanza y con la riqueza de los elementos propios del Caribe.
El primer Danzón escrito se remonta a 1879 del compositor Miguel Faílde con el título de "Las Alturas de Simpson", en donde ya se encuentran los elementos cadenciosos y rítmicos que le caracterizan.
Mientras que el Son, también cubano, de antigüedad probablemente mucho mayor y que contiene elementos diversos procedentes de la música africana y española, se adopta como forma en los suburbios montuneros de algunas
ciudades orientales como Guantánamo y Baracoa. Pero no es sino hasta 1909 que se traslada a La Habana y de ahí al mundo.
En México primero se baila el Danzón y luego se canta el Son, la década de los alocados 20’s es el momento y el Puerto de Veracruz el lugar; tan solo el tiempo les daría la posibilidad de incorporarse al terreno jazzístico, cosa tan obvia como el Rag Time y el Blues en otros tiempos y coordenadas.
Como a la mezcla de Danzón y Son en Cuba se le ha llamado Danzonete y con la aportación del Jazz en todo esto, la invitación a este concierto es directamente a Jazzdanzonetear con mucho swing y jícamo.
Afectuosamente,
Roberto Aymes (en el librillo de la presentación del CD).
JazzSones & DanZones. El escuchar y disfrutar esta excelente producción, permite entre otras cosas, la posibilidad de introducirnos en la historia musical que forjara el sonido que hoy conocemos como “Caribe” que asociamos a determinados lugares pero, que han sido adoptados y desarrollados en todo el
área y, siendo indudablemente, influencia y raíz importante de otros ritmos y géneros en todo el continente.
Sones y Danzones característicos, representativos como emblemáticos son revisitados y “agiornados” aquí magistralmente, por Jaime Reyes en el piano y Roberto Aymes en el contrabajo. Con la libertad que propenden los arreglos jazzísticos, sin por ello, desatender el concepto original, piano y contrabajo dialogan y, en esa conversación van destejiendo unas formas individuales para ir tejiendo, en la convergencia, otras que confluyen. Por momentos son una sola voz y en otros, identificables cada una, formando un coro. Esto permite una interacción muy creativa y singular, donde colores clásicos, se funden con armonías modernas, introducciones exquisitas, escalas de blues, swing, salsa, y son tangueado donde, no es raro “oír” y reconocer compases, y melodías adoptadas perfectamente, a veces en el piano, otras en el contrabajo.
Se nota en todo el trabajo un respeto inmenso por lo tradicional.
Igualmente un marcado buen gusto que lo trasciende más allá de lo auditivo y, se percibe sin duda un aire de mexicanidad que le da al resultado el necesario “valor agregado”. Efectivamente, estamos frente a dos grandes músicos que aquí, juntos, nos hacen disfrutar y mucho por cierto, que interpretan y al hacerlo, además lo hacen con una entrega total.
Por afinidad, quizás, me impresionaron especialmente: “Nereidas”, “Chan, Chan” y “Lágrimas negras” pero, sería injusto con este soberbio trabajo, por lo que significa y por lo que provoca su escucha, el intentar destacar una o más piezas, por sobre las otras.
Los 10 temas son diez obras extraordinarias. (JR)
Contenido:
1- Nereidas / Amador Torres Pérez “Dimas” (1900-1976) Danzón
2- El Manisero / Moisés Simons (1890-1945) Son Pregón
3- Chan-Chan / Francisco Repilado “Compay Segundo” (1907-2003) Son
4- La Mora / Eliseo Grenet (1893-1950) Danzón
5- Mamá, Son de La Loma / Miguel Matamoros (1894-1971) Son
6- Almendra / Abelardo Valdés (1911-1958) Danzón
7- Lágrimas Negras / Miguel Matamoros, Bolero Son
8- Los Negritos (Cucurumbé y Negrito Sandía) / Francisco Gabilondo Soler (1907-1990) Danzones
9- El Cadete Constitucional / Jacobo Rubalcaba (1895-1951) Danzón
10- Bilongo (La Negra Tomasa) / Alejandro Rodríguez (1925-1967) Son
Jaime Reyes, Piano y Arreglos
Roberto Aymes, Contrabajo y Dirección musical

De las últimas visitas


Niño Josele. Anda niño! ¡Qué manera de encarar la guitarra española –flamenca y jazzísitca – de estos tiempos! Con mucha lírica y un criterio innovador singular y contemporáneo que lo destaca de entre otros cultores. Muy bien acompañado el Niño. Realmente enriquece al flamenco con su Jazz y le da un aire renovador al Jazz con su flamenco. De pocas palabras José Heredia H., sin embargo, se brindó con su guitarra, con su expresividad en dedos y cuerdas, sin que hiciera falta, entre ellos y la gente, otro diálogo. Excelente performance la de Esperanza Spalding, más que esperanza es una realidad contundente. Creativa y con muchos recursos en el contrabajo, dando el pulso o complementando y cuando cantó: conmovió. Horacio “El Negro” Hernández como siempre solvente, redondeó con orden buenos climas y ambientes. Tal vez, para quienes tenemos el oído habituado a su fuerza, pudo habernos parecido un tanto “sosegada” su participación pero, sin dudas, siempre especial y convincente.
Del 1 al 10 ...un 9.
NuBox. Cuando el Jazz Tour planteó dentro de su calendario anual, la presencia de este grupo oriundo de Alemania – que resurge y retoma con nuevos aires sus proyectos – sin duda, lo hacía para complementar y ampliar el espectro de los estilos (Floor-Dance-Jazz, Acid Jazz, Nu Jazz), dando espacio a fórmulas existentes y exitosas en otras latitudes pero, muy poco conocidas en nuestro país y, por poco conocidas, debe entenderse eso y, además, poco escuchadas, poco “masticadas”.
Más allá de la posible novedad, prevaleció para el público en general un cierto escepticismo respecto a lo que estos músicos y experimentadores de sonidos propondrían (obviamente, con la correspondiente diatriba de nuestros “expertos”, puristas y ortodoxos) lo que se reflejó en menos asistencia de la esperada. El ambiente adoptado, tipo Boliche o Discoteca, pareció a los efectos el más apropiado aunque a mi juicio, confundió más a la audiencia neófita. Realmente diferente, creativo y distinto como efectista el cuarteto, estuvo yendo del Cool a lo “cold” cuando no, y, por momentos, repetitivos y predecibles. Mucho volumen, innecesario creo, no aportaba al trabajo de la banda que entraba en calor más por las luces y el trabajo, que por el ambiente. Estuvieron discretos, cumpliendo con el compromiso, lo que dificultó el aquilatar, por el público, la real trascendencia de la presencia entre nosotros de esta propuesta. Reiner Winterschladen (trompeta) mostró poco, no se exigió, Alois Franz Kott (bajo) muy interesante su accionar, el de más argumentos, Peter Ernst Eisold (batería) inspirado, el creador y provocador de climas, y el DJ ill Vibe (Vincent Graf Schlippenbach) salvo algunos “chispazos” de ingenio, a falta de otros conocimientos de su arte – por mi parte – no transmitió mucho más. Sobre el final del show, subió a escena una joven (cuyo nombre, desconozco) que, para mi gusto, le dio un particular y sugestivo toque de color al espectáculo con su canto.
Del 1 al 10, un 6 pero, bien vale la experiencia.
Dave Douglas Quintet. Si la propuesta anterior (NuBox) era “osada, pero importante”, esta era “lógica y necesaria”. Una emotiva experiencia músico-sensorial que, en perfecta armonía con el Teatro Solís, en tanto escenario ideal, nos dejó totalmente satisfechos. El auditorio, gratamente sorprendido por la alta factura creativo-musical de Douglas con su quinteto, fue dejando la duda y reticencia inicial – en parte expectativas, en parte desconocimiento – y se dejó llevar por lo que Douglas y sus muchachos proponían y, éstos, se fueron adueñando poco a poco del espacio con sus propuestas. Apenas amplificados, casi acústicos, especialmente la batería; ya desde el inicio Douglas mostró que venía con un equipo, en equipo más que con acompañantes y desde la primera pieza (Inspiración), sonaron ensamblados, homogéneos y mostrando una creatividad que trascendía en todo momento la libertad con que se movían musicalmente en cada tema. Conociendo el sonido de Dave Douglas únicamente por sus discos, quedé muy impresionado con la “desusada” presentación a la que estaba asistiendo y, reflexionando sobre el ejemplo, “lección” o, ratificación de que a veces, hay veces en que, simplemente con el volumen preciso (por supuesto, un lugar ad hoc) y el nivel artístico necesario, se crean, climas, ambientes, texturas que, propician un espectáculo musical de gran calidad y originalidad.
Particularmente, la pieza dedicada a Steve Lacy (el notable saxo soprano) fue un compendio de estos atributos que menciono, ¡maravilloso! Precedido de
importantes reconocimientos internacionales, el vanguardista trompetista Dave Douglas efectivamente no se encasilla en estilos, ni en axiomas o etiquetas dentro del género, suena libre, generoso y dúctil, inteligente pues, se rodea de compañeros ideales para organizar sobre la escena, la escenografía perfecta a sus creaciones. Cada instrumentista es parte del resultado. Incluso Douglas, no trata de sobresalir o descollar sino que sutilmente empuja, permite, y logra que sus compañeros entreguen lo mejor, siempre en pro del resultado total. El “equipo” de Douglas, como decía más arriba, lució solvente e, hizo lucir a Dave y su música. Uri Caine en el Fender Rhodes, siempre correcto e inspirado; Eric Revis, al contrabajo, preciso al mantener el pulso e ingenioso en el diálogo; Clarence Penn, batería, creativo y ocurrente, fue siempre el suplemento idóneo, el eje; Donny McCaslin, saxofón, el partenaire, cómplice y apoyo de las ideas de Douglas, quien convenció con sus propuestas y dejó bien claro que, todo lo que de él se dice, es absolutamente justificado.
Del 1 al 10, un 12…
El Jazz, y la magia de la música en vivo, se hizo presente en el Solís.
Pero. El pero, merece comentario aparte. Y el “pero” no es para el artista, ni el espectáculo, ni el Jazz Tour. Es para la insoslayable realidad de la chatura en la que estamos cayendo. Hubo suficiente promoción del espectáculo e información clara. Pero, hubo muy poco público. Pero, persisten en mantener
la vigencia del desinterés por el género en los medios, en las radios.
Pero, las emisoras no programan el género, ni siquiera el realizado por los nuestros. Pero, se insiste en calificar de elitista y música para unos pocos, al Jazz. Pero, dicen que si no conocen o no saben, no lo van a entender.
Pero, una gran parte del público que plena distintos espectáculos, exposiciones o teatros, no sabe a ciencia cierta que va a presenciar.
Pero, muchos salen gratificados luego, por la nueva experiencia vivida y seguro vuelven. Pero, los que estábamos presentes, comprobamos – una vez más – que no hay que entender o saber, que basta con oír y sentir. Pero, ignorar o negar esto, es como suponer que, para disfrutar de una buena comida, hay que saber cocinar …por favor!
Unos peros más. Pero, el asunto o problema, no es (o, no debiera ser) la procedencia de estos músicos. Pero, no es la falta de información, sino la mala información lo que confunde.
Pero, más allá de la eventual frustración del artista que nos visite – por la escasa convocatoria – lo triste es que somos nosotros (la gente en general) los que finalmente, nos perdemos el conocer y disfrutar de su arte. Pero, también nuestros músicos, pierden la oportunidad de confrontar ideas, de tener referencias, de ampliar sus horizontes creativos y mentales.
Pero, aun con todo lo expresado, lo peor, es caer en el “horror”, ya no error, de encerrarnos en el aldeanismo de nuestras propias fronteras.
Claro…matemáticamente, tenemos chance! …tenemos?

Foto Dave Doglas Quintet: (Especial) Andrés Cardinal

La mirada de Amy London


Amy London
When I look in your eyes
Mótema music
2007

Cuando me miro en tus ojos. Amy London es una de las vocalistas más interesantes del panorama del jazz vocal de Nueva York por estos días. En éste, su más reciente CD en el mercado, Amy toma prestados del “Songbook” americano 12 canciones muy bien escogidas para su estilo, en un recorrido por autores que van desde Gershwin, Cy Coleman, hasta Carlos Jobim. London imprime a su canto emoción y sensualidad apoyada en una instrumentación muy apropiada con un equipo bien acoplado y conformado por los pianistas John Hicks y Lee Musiker, Rufus Reid, en el bajo, en los metales Richie Vitale, Dan Greenblatt, Chris Byars y John Mosca, Leroy Williams en batería y, el esposo de Amy, Roni Ben-Hur en guitarra.
El CD comienza con una interesantísima versión de “There a boat thast’s leavin’ soon” canción de la ópera Porgy and Bess, de Gershwin, donde el ensamble música-voz se escucha bien afiatado, dando la tónica general del resto del trabajo. Gillespie y sus aires marcadamente “latinos” son recreados con mucha fuerza por la banda con scatting de Amy incluido, en la pieza “Wouldn’t you?”. Leonard Berstein es muy bien recordado desde el musical de Broadway, Wonderful Town, “Ohio”, donde la prestancia vocal de London se establece. La canción que da título a la producción, “When I look in your eyes” de la película Doctor Dolittle marca una inflexión importante, una línea melódica y pasional en la interpretación que, es tal vez, donde mejor se desenvuelve Amy cosa que volvemos a apreciar en “Passarim” de Jobim y que le dan a la propuesta el toque de variedad necesario para hacerlo dinámico y entretenido. (JR)

El Problema II

Cumbia Villera, Cumbia plancha.
Generos que, a partir de influencias externas, se desarrollan de adentro (ghetos, barrios marginales, asentamientos, villas miserias) hacia afuera, con los elementos con los que cuentan y poseen. En estas condiciones no hay -en su génesis- mayores conocimientos, ni instrumentos y en ocasiones cuando los hay, no se los domina. Pero tienen cosas que decir, sonidos, y el ritmo que lo une. Hay que buscar dentro de los límites donde son relegados, el recrear el mundo más allá de algunas calles. Así se van reuniendo y aportando a un lugar, esquina o "paradero", el ritmo de cumbia...como lo perciben sus oídos y, como les sale en su intención de hacerlo música.
Invariablemente, el ser humano es lo que sabe, lo que conoce. Y el barrio es el eje, condiciona, proteje.
Como se puede, como se sabe con lo que se tiene, suena el barrio, la villa, y habla como el barrio, con la cumbia.
Ya cuando las condiciones del grupo logrado, trasciende algunos límites, vienen los beneficios (porque como todo, para alguien siempre hay negocio) y con estos, la posibilidad de mejorar los instrumentos, algunos exóticos, "tremendas máquinas" e incluso aprender otros acordes. El caso es que, aun cuando acceden a un poco más de conocimientos, estudiando, incorporando a músicos más dotados, la cumbia, la cumbia villera no cambia su característico sonido, ni su razón de ser, ni su mensaje implícito...
El punto arquetípico, consideran que es porque quienes hacen esta música, piensan, sienten y viven el sonido de esa forma.
Y como decía, el barrio es el eje, condiciona y proteje. En el barrio son importantes, son estrellas, queridos, respetados. Fuera de él, están en aguas desconocidas. Tal vez por eso pareciera que, cuando salen, el barrio va con ellos.
En gran medida bajo la apariencia de protesta y reflejo social, muchas veces y a modo de transgreción, supone transformarse en un acto de arrogancia, buscando someter a "la otra parte".
Claro, normalmente asumimos que, los responsables, son los demás y nunca nosotros.
No nos debemos olvidar que, en su momento, el Tango - como el Jazz y otros generos de extracción popular - si acaso alguno finalmente no lo es, fue un genero marginal, mal avenido, considerado "reflejo de la sociedad en que vivimos", decadente y poco menos que excecrable.
Si una diferencia podemos anotar y, muy importante, es que el Jazz, el Tango y en menor medida otros generos, fueron educándose, aprendiendo y creciendo como generos, en la medida que incorporaban profesionales, de gran capacidad y calidad, músicos, poetas y escritores creativos integrándose a la sociedad toda para representarla y no para establecer alguna diferencia de tipo social o clasista que se mantenga en la actualidad.
Así las cosas, la historia bien podría tender a repetirse ...esperemos que sí y,
mientras tanto, pensemos que solo los cambios generan progreso y éstos, son un asunto de todos.
"Todo tiempo pasado fue mejor". Soy un convencido de que esto no es así. "Todo tiempo pasado fue distinto".
Habiendo vivido y participado en por lo menos dos "últimas épocas" creo que uno de los dramas es que se ha perdido la exigencia artistico-musical.
La creación artística, en este caso la sonora, se convierte en un hecho comunicador en un lenjuage, que puede ser un mecanismo liberador de sentimientos y emociones pero también puede ser un mecanismo constructor de conocimiento ya que por parte del público puede haber múltiples lecturas y experiencias que las podemos clasificar dentro del campo del conocimiento.
La construcción de conocimiento, no parte solamente de hechos científicamente concretos, el conocimiento no se reduce solamente al aprendizaje de teorías y formulas matemáticas.
Generamos construcción de conocimiento cuando entablamos múltiples relaciones con el entorno ya sea relaciones de juego, observación, socialización.
Formando, contruyendo. Un proceso que debió haber comenzado porque, es al
que luego va a procrear, al que dará continuidad al barrio y sus expresiones, al que hay que integrar e incorporar con elementos y herramientas.
Con formación, con divulgación, difusión y, dotado de la actitud necesaria para luego discernir. Será esa misma persona la que, al conocer, al tener los elementos, al poder evaluar y decidir por sí mismo, provocará que las cosas decanten y, que caigan por su propio peso al hacerse cada vez más exigente.
Lo que también me queda claro es que no podremos comprender el contexto o al menos suponer -si acaso sacarnos algunas dudas- la mentalidad de un Yanomami, si nunca pisamos siquiera el Amazonas, de igual manera que será bastante difícil discernir algunos criterios y menos las razones fundamentales de la existencia de estos generos, por la simple razón de lo inevitable de convivir con estas músicas o escucharlas -casi en secreto- arrellanados en nuestro sillón favorito, en la comodidad de la casa.
Pero, dudo de que muchos señores tan solo por su "nombre" o título, cúmulo de conocimientos o información, tengan la "palabra santa". No por que lo diga "el señor fulano de tal" habrá de ser. Hay mucho señor por ahí, diciendo necedades!

Suena el barrio...

Alguien dijo: (...) "Pero no dejo de reconocer que en esa música hay un transunto creativo. (...)".
Nao foda, voçe acha?

Pibes Chorros / Argentina (Pamela)

...Con la cumbia

Y tambien dijo: (...) "no tendrán academia, pero tienen dos orejas con una intuición del coño"(...)

Olha so! minha sinhora...

El Empuje / Argentina (La Mema)

El futuro, ahora...

El ambiente, el entorno tiene mucho que ver en la formación de las personas.
Max Segen, este niño, de apenas 2 añitos, en la falda de su padre y en la compañía de amigos, muestra una capacidad, un oído rítmico excepcional. En determinado momento se le cae una de las baquetas y, es fantástico apreciar la actitud musical que tiene, al esperar llegar a el tiempo exacto para entrar.

Un gran músico de solo 7 años

Jacob Armen, es un joven prodigio, domina a los siete años su instrumento y, bien guiado y permitiéndole desarrollar su gusto e intuición, demuestra una concepción musical innata y extraordinaria. A su edad, interactúa sin problemas con una gran orquesta.